Bernardí Roig

Immagine: 
Light never lies
06/07 - 07/10/2007
Museo Carlo Bilotti Aranciera di Villa Borghese

La prisión del cuerpo y la imposibilidad de la mirada. Esta reflexión sobre la condición del hombre contemporáneo y sobre el aislamiento sirve como punto de partida del trabajo de Bernardí Roig (Palma de Mallorca, 1965) y de su primera exposición personal en Roma.

“Bernardí Roig. Light never lies” reúne ocho instalaciones realizadas entre 2001 y 2005, adaptadas a los espacios del Museo Carlo Bigotti. Además de las figuras a tamaño natural en resina de poliéster, la exposición propone algunos dibujos a lápiz, carboncillo y ceniza sobre papel y tres vídeos que “dialogan” con las instalaciones. Luces fluorescentes y neones son los elementos que completan algunas obras.

Los hombres de Roig, realizados con calcos a partir de modelos reales, se exponen a la acción urticante de los haces de luz blanca que henden la sombra, golpeándolos en el rostro hasta dejarlos ciegos.
Como muchos artistas de su generación, Roig refleja en la naturaleza percepciones colectivas bajo el impulso propulsivo de los medios de comunicación, de la revolución telemática y de los ineludibles efectos de la globalización. La superabundancia de imágenes del día a día ha producido algo más que una disminución del poder de la mirada, pues con su exceso de luz ha erosionado toda certidumbre.

En las obras - expuestas por primera vez en el Museo Carlo Bilotti y en la ciudad de Roma - Bernardí Roig explora la posibilidad de convertirse en espectadores de su propia interioridad.
Una obra clave de esta exposición es Strauch! (2004, figura de resina de poliéster a tamaño natural y letras luminosas de aluminio), ejecutada a partir del calco del padre del artista, pues en ella la narración está permeada por la presencia de la soledad y la pérdida de sensaciones. Strauch es el principal personaje de Frost (Holanda, 1964), obra maestra de Thomas Bernhard, en la que se narra la confrontación mental de un pintor con el mundo. Strauch, un pintor con la cabeza soldada al cuerpo, nos conduce por la oscuridad a través de un monólogo interior que discurre por el sendero del horror, la asfixia y la aniquilación.

En cambio, Repulsion exercices (2005) está compuesta por una figura de resina de poliéster a tamaño natural sobre zancos y un vídeo. Es alta e inaccesible, es una obra “ausente” que no quiere mirar ni al público ni a las imágenes que lanza el monitor a la altura de sus ojos. El vídeo narra la historia de su cabeza decapitada por una Salomé moderna, burguesa y frustrada, a la que sólo queda el ejercicio de la “lluvia dorada” sobre sí misma para consolar sus deseos irrealizados.

Acteón (2005, figura de resina de poliéster a tamaño natural, luz fluorescente) se refiere al mito de Diana contado en las Metamorfosis de Ovidio. La luz fluorescente, que está brutalmente en contacto con los ojos de la escultura, le impide totalmente la visión. Así paga el precio del acto heroico de ver.

Sound Exercices (2004, figura de resina de poliéster a tamaño natural, luz fluorescente), es la figura del narrador exhausto que, dando la espalda al público y apoyado en un muro de luz, no tiene fuerzas para emitir sonido alguno. Simboliza el fin de la narración y de la palabra. Sin embargo, las frases y las palabras se acumulan en su interior y le hinchan.

Ejercicios de parecido (2005, dibujo a lápiz, carbón y ceniza sobre papel, luz fluorescente) es un tríptico que representan con el dibujo una idea de rostro desde tres puntos de vista distintos. En los diálogos “Binissalem”, Roig enuncia una sugerente teoría que afirma que las figuras existen en el carbón del lápiz y el artista no es más que un demiurgo que las extrae con su mente. La luz no está en la imagen, sino que queda aprisionada entre el cuadro y la pared, emitiendo sólo señales laterales e indirectas. Así, obliga a una vista lateral y deslaza el espectador desde el centro hasta la periferia de la experiencia.

Figuras masculinas corpulentas, lastradas, aplastadas contra las paredes, deslumbrada por fulgurantes proyecciones luminosas, suspendidas o de espaldas al espectador. Son individuos que mantienen una enigmática relación con el objeto que el artista ha predispuesto para generar en él una condición de incomodidad al límite de lo tolerable.
Todo ello confiere una dimensión muy escenográfica a sus instalaciones. En el entorno en que toma forma el trabajo se establece una zona en la que el negro cede lugar al blanco de los cuerpos, inundados de luz y siempre en relación con una pared, también inmaculadamente blanca.

El trabajo de Bernardí Roig se inspira en la tendencia artística del siglo XX que coloca al cuerpo como elemento central de la investigación artística. La presencia simultánea de figuración (cuerpo), minimalismo (luz) y conceptualismo (referencias a disciplinas como teatro, cine y literatura) confiere a su obra un lugar especial en el panorama contemporáneo.
Inspirándose en los mitos clásicos, la filosofía postmoderna, la prosa de Thomas Bernhard y el arte de Pierre Klossowski, Bernardí Roig explora con su obra la frontera que separa y conecta los dos paradigmas esenciales del pensamiento: el premoderno (basado en la integridad del espíritu) y el postmoderno (que rota alrededor de la función del simulacro y la proliferación de las apariencias).
Si la vida es una mentira, que se nos muestra como tal sólo en el momento de la muerte, como escribe Bernardí Roig en uno de sus diálogos/monólogos recopilados en “Binissalem”, la luz no miente nunca, “Light never lies” para más precisión.

Informaciones

Lugar
Museo Carlo Bilotti Aranciera di Villa Borghese
Horario

martes-domingo 9.00 - 19.00
la taquilla cierra media hora antes

Entrada

Museo + Exhibicion
€ 6.00 entero, € 4.00 reducido
Entradas y reservas

Informaciones

06 82059127 (todos los dìas 9.00 - 19.30)

Tipología
Exhibicion|Arte Contemporáneo
Sitio Web
Días de cierre
Lun
Artista
Bernardí Roig
Curador
Gianni Mercurio

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