Aranciera (El Jardín de los Naranjos)

El Jardín de los Naranjos de Villa Borghese, ahora sede del Museo Carlo Bilotti, tiene una historia secular y de gran interés, debido a las numerosas transformaciones de este edificio que han modificaron de manera sustancial tanto su composición como sus funciones.

La intervención llevada a cabo para transformar el invernadero en museo ha permitido recuperar lo que todavía quedaba de la estructura original, recuperando algunos ambientes ocultos desde hacía mucho tiempo, y ofreciendo la posibilidad de una reconstrucción completa, por primera vez, de la historia del edificio.

I. Caffi, Aranciera, 1834, olio su carta riportata su tela, Roma, Museo di Roma

Ya presente en el área antes de la realización de villa Borghese por parte del cardenal Escipión (1576-1633), como residencia prestigiosa de la noble familia de los Ceuli, el edificio conoció sus mayores fastos en el último cuarto del siglo XVII con Marconatonio IV Borghese (1730-1800).
Éste, dentro de las considerables transformaciones emprendidas en la villa, ordenó ampliar el edificio, y decorarlo de nuevo recurriendo a un amplio abanico de artistas famosos para convertirlo en el corazón del nuevo aspecto del área, caracterizada por la presencia del espectacular Jardín del Lago. También se modificó la denominación y pasó a llamarse Casino de los Juegos de Agua para destacar su función lúdica, sede de eventos y de fiestas mundanas ampliamente celebradas en las crónicas del tiempo.
Se trataba de un periodo glorioso, aunque breve a causa de los cañonazos padecidos durante la batalla que condujo a la caída de la República Romana en 1849. Reducido a ruinas y reconstruido muy libremente sin rastro alguno del riquísimo aparato ornamental, el edificio fue convertido en invernadero de naranjos. En 1903, en la época del paso de villa Borghese a manos del Ayuntamiento de Roma, se convirtió en un edificio de oficinas y viviendas; albergó un instituto religioso y, desde el 1982, parte de las oficinas municipales.