Un proyecto de capilla laica: algunas reflexiones de Alberta Campitelli

Un proyecto de capilla laica: algunas reflexiones

La idea de Carlo Bilotti de realizar una capilla de meditación laica, un “templo” para obras de arte contemporánea, se origina hace algunas décadas y un primer proyecto, en un primer momento pensado en las cercanías de Cosenza, se encargó a Andy Warhol, pero se interrumpió con la muerte premadura del artista. Nos queda sólo un pequeño modelo, predispuesto en el 1983 con el arquitecto Harman hoy expuesto en el Warhol Museum de Pittsburgh. Las fuentes de inspiración son célebres: la Rothko Chapel en Houston, y la Capilla del Rosario de Henry Matisse a Saint Paul de Vence, dos lugares justamente célebres, que personifican los puntos de encuentro entre una reflexión toda contemporánea sobre los grandes temas religiosos y existenciales en un lugar que tiene que ser también, creación ex novo, introducción de un innovador modelo arquitectónico y cultural.
El comienzo del proyecto del museo con obras ofrecidas a la ciudad de Roma, que se concretiza con la abertura al público del Invernadero para los Naranjos de la Villa Borghese, la sede que alberga también esta exhibición, ha llevado Carlo Bilotti hacia una más intensa frecuentación de los lugares y de las instituciones ciudadanas, profundizando su conocimiento de la ciudad y de su vasto y, a menudo, descuidado patrimonio. De esta manera ha vuelto a emerger el deseo de encontrar aquí un lugar donde realizar el proyecto de la capilla, pero Roma no es Saint Paul de Vence ni Houston: no hay posibilidad de realizar nuevas construcciones en el área central, donde la presencia de la historia es embarazadora e impone una constante y necesaria confrontación. Pero es también una presencia que puede y debe constituir un valor añadido, un enriquecimiento de la oferta cultural contemporánea, si se es capaz de instaurar un enláce, un diálogo entre presente y pasado. Se trata de aceptar y entender la historia y de la historia coger inspiración y motivo para proponer nuevas interpretaciones y nuevos estímulos, para crear en el espectador un dúplice efecto y obligarlo a comparar dos momentos de la realidad igualmente importantes pero con una distinta colocación en el tiempo y en el espacio.
Una creación toda nueva, que vee la proyectación de la decoración contextual a la de la arquitectura, ofreciendo las ventajas de la coherencia, armonía y unidad de estilo: interior y exterior están estrechamente conectados en un diálogo estrechísimo, hablan el mismo lenguaje y comunican con los mismos medios. El uso, al contrario, de un lugar histórico para crear una función completamente innovadora, mediante la introducción de un lenguaje distinto y también contrastante, puede constituir un desafío de gran interés y colocarse, seguramente, en lo profundo de la tradición de Roma, ciudad de fuerte connotación histórica pero abierta a las contaminaciones de géneros y temas contemporáneos. Es obviamente un desafío comprometedor y complejo, que requiere gran sensibilidad, el conocimiento de la historia y la capacidad de saberla superar e inglobar, pero que puede dar resultados de gran sugestión. En este contexto se ha propuesto a Carlo Bilotti realizar su proyecto en la Capilla del Divino Amore de Villa Ada Savoia, desconsagrada y abandonada hace tiempo. Se trata de un hipótesis fascinante e intrigante, lo prueba la eco que tuvo en los medios de comunicación, el debate que enseguida encendió en las numerosas e interminables inspecciones que han visto la capilla convertirse en meta de un nuevo peregrinaje, del todo inesperado,. La capilla, de modestas dimensiones, se encuentra a los límites del gran parque de la Villa Ada Savoia, con entradas sea de la parte del parque sea de la parte de la Via Salaria, muestra un aspecto neoclásico sobrepuesto a la estructura más antigua. Tiene una única nave del Seiscientos, con un pavimento en tarsos marmóreos, un altar con mármoles y estucos polícromos y un crucifijo del Setecientos. Actualmente se encuentra en condiciones de degradación, con las coberturas en parte derrumbadas, y su recuperación, es hoy en día más urgente que nunca. Transformarla en un lugar de encuentro y meditación, sobreponer a la estructura del Seis-Setecientos un aparato decorativo innovador y probablemente profanador, puede constituir una intervención de gran impacto, realizando un momento de fusión y armonía entre el pasado y la conteporaneidad, interpretando de esta manera la esencia de esta ciudad que encuentra la motivación profunda de su unicidad en la capacidad de volver a inventar y actualizar la historia. La presentación de las obras de tres artistas contemporáneos de gran levadura, que han ideado propuestas intrigantes, innovadoras y de increible originalidad, abre el debate y la confrontación sobre la posibilidad de crear este templo laico del arte en nuestra ciudad, concretizando, gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento de Roma y Carlo Bilotti, un nuevo lugar de interés y de atracción en la ya amplia oferta cultural ciudadana.

Alberta Campitelli
Responsabile Servizio Ville e Parchi Storici